
Dos estudios de los que se hace eco la publicación siguieron el rastro genético de la dispersión humana y encontraron que las diversidades genéticas disminuyen en la medida en que se produce el proceso migratorio desde el sur de Africa.
Uno de los trabajos da a conocer que las personas de origen africano presentan una mayor variedad de mutaciones en el genoma, en comparación con los del Medio Oriente, y a su vez, estos experimentaron más cambios que los asiáticos y los europeos.
Entre los hombres que se trasladaron a las Américas a través del estrecho de Bering, las variaciones genéticas son aún menores, señalaron Noah Rosenberg, de la Universidad de Michigan, y Andrew Singleton, del Instituto Nacional de Sanidad en Maryland.

La otra investigación, encabezada por Carlos Bustamente, de la Universidad de Cornell, tiene implicaciones en la medicina porque revela que los americanos descendientes de europeos presentan más cambios genéticos peligrosos que los africanos.
De acuerdo con ese estudio, los descendientes de europeos tuvieron lo que llamaron “un cuerpo de botella genético” hace entre 30 mil y 100 mil años.
Esa es la razón por la cual los cambios genéticos entre los europeos son menores y los cambios genéticos dañinos han pasado de una generación a otra.
Bustamante y su equipo siguieron la ruta de más de 10 mil genes, casi la mitad del genoma humano, en 20 estadounidenses de origen europeo e igual número de descendientes de africanos.
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